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Prevención primaria y cribado de ferropenia en lactantes

Monografía

Prevención primaria y cribado de ferropenia en lactantes

Autor
Francisco Javier Sánchez Ruiz-Cabello y grupo PrevInfad / PAPPS
Fecha de última actualización:

Han transcurrido más de 5 años desde la última actualización de este documento. Las recomendaciones que contiene han de ser consideradas con precaución, teniendo en cuenta que está pendiente de evaluar su vigencia.

El autor declara que no tiene conflictos de intereses en relación con el tema abordado en este documento.

Cómo citar este artículo: Sánchez Ruiz-Cabello, FJ. Prevención y detección de la ferropenia. En Recomendaciones PrevInfad / PAPPS [en línea]. Actualizado febrero de 2003. [consultado DD-MM-AAAA]. Disponible en: http://previnfad.aepap.org/monografia/ferropenia

DEFINICIONES

El déficit de hierro es la deficiencia nutricional más prevalente en los niños.

El déficit subclínico de hierro es especialmente común en la primera infancia.

El estado nutricional del hierro se determina utilizando diversos marcadores, como los niveles de hemoglobina, ferritina, protoporfirina eritrocitaria libre, transferrina y receptor de la transferrina.

La anemia ferropénica se define cuando las cifras de hemoglobina (Hb) están por debajo de 2 desviaciones estándar (DE) de la media para la edad (tabla 1), y a su vez se acompañan de ferropenia manifiesta que conlleva decremento de la ferritina (<10 ng/ml), de la saturación de transferrina y del contenido de hemoglobina reticulocitaria (CHr).

Tabla 1. Valores de hematimetría en función de la edad, expresados como rangos entre media - 2 DS y media + 2 DS.

Edad

Hemoglobina (g/100 ml)

Hematocrito (%)

Hematíes (millones/ml)

R. nacidos

14 – 21

45 – 64

4 – 5,6

1 mes

11 – 19

40 – 60

3,6 – 5

3 meses

9,5 – 14,5

31 – 41

3,1 – 4,5

Lactantes >3m

10,5 – 14,5

33 - 41

3,3 – 4,5

 *.- Modificada de Behrman RE, Kliegman RM, Jenson HB, Editors. Nelson Textbook of Pediatrics.16th ed. Philadelphia, W.B. Saunders, 2000.

Requerimientos de hierro durante la lactancia5-8

En los primeros 6 meses de vida, la fuente principal de hierro es el hierro fetal almacenado en las últimas semanas de gestación y el liberado por la hemoglobina fetal durante las dos primeras semanas de vida.

El peso al nacer, los suplementos prenatales de hierro y el tiempo que se tarda en pinzar el cordón umbilical influyen en el hierro total al nacer.

Hasta hace pocos años, la práctica habitual en el manejo del tercer estadio del parto ha sido el pinzamiento precoz del cordón umbilical. Este procedimiento, muy extendido en todo el mundo occidental, carece de pruebas que lo sustenten y va en contra de lo que acontece en el resto de los mamíferos, en los que el recién nacido no se separa de la placenta hasta que el cordón umbilical deja de latir. En los últimos años han aparecido números estudios que muestran los beneficios y los riesgos de retrasar el pinzamiento del cordón umbilical. En un cuidadoso metanálisis publicado en 2007, que incluía 15 ensayos clínicos y un total de 1912 recién nacidos a término, los autores concluyeron que se dispone de adecuada evidencia para aconsejar el retraso de, al menos, dos minutos en el pinzamiento del cordón umbilical. Este retraso conlleva beneficios significativos para el niño, que van más allá del periodo neonatal, ya que se muestra una diferencia significativa en la frecuencia de anemia de los dos a los tres meses de edad (RR 0,53; IC 95% 0,40 – 0,70), con un insignificante incremento en la frecuencia de taquipnea transitoria e hiperbilirrubinemia. En una revisión Cochrane, realizada en 2008, los autores concluyen que el retraso del pinzamiento del cordón dos o tres minutos no incrementa el riesgo de hemorragia postparto y puede tener ventajas para el niño, porque mejora sus depósitos de hierro a los 3 y 6 meses de edad. Esto tiene especial valor en los países en los que el acceso a una buena nutrición es difícil.

Otro factor que influye en la concentración de ferritina al nacer es la presencia de patología materna, como anemia, hipertensión o diabetes. Durante el período postnatal el aumento ponderoestatural se asocia al aumento de la hemoglobina y de la mioglobina, y esto influye en las mayores necesidades de hierro.

En el prematuro coinciden una serie de circunstancias que favorecen el desarrollo de ferropenia: menores depósitos, menor supervivencia de los hematíes (40 – 60 días), mayor velocidad de crecimiento (con el consiguiente aumento de la masa eritrocitaria), escasa respuesta eritropoyética a la anemia y las frecuentes extracciones practicadas durante su hospitalización.

Los requerimientos de hierro varían en gran medida según la edad del lactante. Así, se estima que a partir del nacimiento se requieren 0,27 mg/día y a partir de los 4 meses los requerimientos aumentan a 0,78 mg/día. Las recomendaciones actuales de ingesta de hierro en los niños de 6 a 12 meses ascienden a 11 mg/día.

PREVALENCIA

El déficit de hierro es una de las carencias nutricionales más frecuentes, constituyendo la deficiencia nutricional de mayor prevalencia en la primera infancia en los países desarrollados. Se calcula que 1000 millones de individuos en el mundo tienen carencia de hierro, por lo que la Organización Mundial de la Salud la considera un problema de salud pública mundial.

En el estudio del National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES) de 1999 – 2000 se refirió una prevalencia máxima de ferropenia, con o sin anemia, del 9 al 16% en chicas adolescentes, y del 7% en niños pequeños durante el periodo de rápido crecimiento cerebral.

En España, en 2002, un estudio llevado a cabo en Navarra refirió una prevalencia de ferropenia del 9,6% en lactantes sanos de 12 meses y de anemia ferropénica del 4,3%.

EVOLUCIÓN NATURAL. EVIDENCIA-EFECTIVIDAD DE LA DETECCIÓN PRECOZ. POSIBILIDAD DE MEJORA PRONÓSTICA

En la evolución natural de la anemia ferropénica se pueden diferenciar tres estadios sucesivos: en primer lugar disminuyen los depósitos, posteriormente aparece la ferropenia y finalmente disminuye la Hb. La deficiencia de hierro es considerada un factor de riesgo para la anemia ferropénica.

Existe buena evidencia, obtenida de estudios aleatorizados controlados y de estudios longitudinales, de que los suplementos de hierro, en sus distintas formas (fórmulas reforzadas, cereales…), previenen la anemia ferropénica, pero existe poca evidencia de que aporten beneficios para la salud, al menos en niños sin factores de riesgo.

En cuanto a los beneficios de la suplementación en niños de riesgo, hay buena evidencia (estudios controlados aleatorizados) de que los aportes de hierro mejoran el crecimiento y los parámetros somatométricos y analíticos.

La anemia ferropénica se ha asociado con alteraciones de la conducta y del desarrollo en estudios a corto y a largo plazo. En una revisión Cochrane sobre si el tratamiento de la anemia ferropénica mejoraba el desarrollo psicomotor, se concluyó que había insuficiente evidencia para confirmar la hipótesis y que la relación causa efecto no podía ser demostrada. El U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF), en la revisión de 2006, informó también de que había escasa evidencia (estudios contradictorios) de que el tratamiento de la anemia ferropénica beneficiara el desarrollo psicomotor.

No hay pruebas en cuanto a problemas médicos, efectos adversos o secundarios en relación con aportes suplementarios de hierro, de forma que no hay suficientes datos para pensar que el aporte de hierro predisponga a gastroenteritis, síntomas intestinales, cólico, mayor susceptibilidad a infecciones, etc.18, 19, 20,21.

FÓRMULAS REFORZADAS

Hay estudios que demuestran que el déficit de hierro y la anemia ferropénica se reducen con fórmulas reforzadas o lactancia materna y cereales con hierro a partir del 6.º mes, en comparación con fórmulas no reforzadas.

Hay estudios enmascarados con doble ciego que muestran que las fórmulas reforzadas reducen el déficit de hierro y la anemia ferropénica. No obstante, también hay estudios que apenas demuestran cambios en las cifras hemáticas con las fórmulas reforzadas, y otros autores discuten cuál sería el aporte óptimo con estas fórmulas.

En Europa, según la European Society for Paediatric Gastroenterology, Hepatology and Nutrition (ESPGHAN), las fórmulas de inicio deben aportar no menos de 7 mg de hierro por litro y las de continuación entre 7-14 mg/l. En Estados Unidos de América las fórmulas reforzadas suelen tener 10-12 miligramos de hierro por litro y las no reforzadas, entre 1,1 y 1,5 mg.

Un 28%-38% de los lactantes de 9 meses de edad, alimentados con fórmulas no reforzadas, tienen anemia, prevalencia que se reduce drásticamente con fórmulas reforzadas (hasta el 0,6%). Las fórmulas con concentraciones medias de hierro (4 – 7 mg por litro), si bien pueden no aumentar tanto los depósitos orgánicos, no dan diferencias en las cifras de Hb respecto a las que tienen más hierro.

En general, se sabe que en los últimos años ha disminuido la prevalencia de la anemia ferropénica, debido fundamentalmente al aumento del nivel socioeconómico y a la utilización de fórmulas reforzadas, cereales con hierro y alimentación complementaria rica en hierro. 

Tabla 2. Factores de riesgo de ferropenia

Grupo I. Factores de riesgo perinatal

Grupo II. Factores de riesgo entre 1 y 12 meses edad

Recién nacido de bajo peso para la edad gestacional

Gestación múltiple

Ferropenia materna grave durante la gestación

Hemorragia úteroplacentaria

Hemorragia neonatal o múltiples extracciones de sangre

Prematuridad

Lactancia materna exclusiva más allá de los 6 meses

Alimentación con fórmula de inicio no suplementada con hierro, más allá de los 6 meses

Introducción de leche entera de vaca antes de los 12 meses

CRIBADO

No hay una prueba única de cribado (“patrón oro”) para la detección de la anemia ferropénica. La Hb es la prueba de elección para el cribado de anemia, pero para demostrar el déficit de hierro sería necesario determinar además la ferritina sérica y la proteina C reactiva (PCR). La saturación de transferrina y el CHr son también buenos marcadores de ferropenia, pero quedarían en un segundo plano por motivos de coste-beneficio y aplicabilidad, ya que habitualmente no hay disponibilidad para determinar el CHr.

La hemoglobina y el hematocrito tienen una especificidad y sensibilidad de 25% y 73% respectivamente para demostrar la anemia ferropénica. Se pueden determinar en sangre capilar, aunque sus cifras son algo más variables que en sangre venosa.

La ferritina sérica con PCR sería la prueba de elección para determinar la ferropenia.

La saturación de transferrina es un buen marcador de eritropoyesis deficitaria en hierro y se mantiene en valores fiables a pesar de la coexistencia con una infección.

El CHr (contenido de hemoglobina reticulocitaria) muestra una buena correlación con la saturación de transferrina, ya que ambos parámetros identifican la segunda fase de la deficiencia de hierro.

El valor predictivo positivo (VPP) del cribado se incrementa en zonas de prevalencia de anemia superiores al 10%, así, si la prevalencia es menor del 10%, el VPP es bajo.

Se recomienda, con fuerza débil a favor, el cribado de anemia ferropénica en todos los prematuros de menos de 1500 g. No se recomienda cribado en niños sin factores de riesgo, ni segundo cribado en población de alto riesgo con un primer cribado normal.

Tabla 3. Pruebas de cribado. Recomendaciones de grupos de expertos.

PrevInfad

Cribado sólo en grupos de alto riesgo: prematuros de < 1500 g.

Recomendación débil a favor de realizar cribado.

Otros grupos:

Academia Americana de Pediatría

Cribado universal mediante determinación de Hb entre los 9 y 12 meses.

Si Hb <11 g/dl o factores de riesgo, determinar ferritina o CHr

Si Hb 10 – 11 g/dl seguimiento estrecho, comprobar aumento de Hb de 1 g/dl en plasma después de 1 mes de tratamiento con hierro.

USPSTF

Cribado sólo a grupos de alto riesgo.

APORTES DE HIERRO

1- Recomendaciones generales

  1. La recomendación de lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses forma parte de la prevención primaria de la anemia ferropénica.

  2. En caso de no amamantar, se recomiendan sucedáneos de leche materna reforzados con al menos 7 mg/l de hierro.

  3. Se recomienda añadir alimentación complementaria rica en hierro a partir del 6.º mes de vida en lactantes a término con lactancia materna, para asegurar unos aportes de 1 mg/kg/día de hierro.

 2- Recomendaciones específicas sobre aportes de hierro 5,27-34: No hay evidencias para suplementar con hierro oral como medicamento a la población sin riesgo.

1- Lactantes a término alimentados con lactancia materna        

La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida y la Academia Americana de Pediatría (AAP) la recomienda durante un mínimo de 4 meses y preferentemente durante 6.

La progresiva disminución de los depósitos motiva que, a partir del 6.º mes, las fuentes exógenas de hierro cobren una gran importancia en la prevención de la ferropenia. De hecho, la lactancia materna exclusiva más allá de 6 meses se ha asociado con un aumento de riesgo de la anemia por déficit de hierro.

La leche materna tiene baja cantidad de hierro (entre 0,2 y 0,4 mg/l), pero su biodisponibilidad es alta.

La alimentación complementaria puede aportar una ingesta suficiente de hierro a través de alimentos ricos en hierro hem (carnes, aves de corral, pescado) y no hem (legumbres). Además, debe hacerse hincapié en los alimentos que pueden mejorar la absorción y utilización del hierro, como frutas, verduras y tubérculos, que son buenas fuentes de vitaminas A, C y ácido fólico. Igualmente, deben conocerse los factores que pueden dificultar la absorción del hierro. Aún no está clara la biodisponibilidad del hierro de los cereales reforzados, por la presencia de inhibidores de la absorción.

Es importante retrasar la introducción de leche de vaca después del primer año de vida, porque, aunque contiene algo más de hierro que la leche materna, su biodisponibilidad es muy baja y además interfiere con la absorción del hierro de otros alimentos.

Para PrevInfad, los lactantes con lactancia materna exclusiva deberían recibir, a partir de los 6 meses, unos aportes totales de 1 mg/kg/día de hierro mediante alimentación complementaria rica en hierro, a menos que tengan algún factor de riesgo, en cuyo caso deben recibir 2 – 4 mg/kg/día a partir del 6.º mes de vida, durante un mínimo de 3 meses. En niños con lactancia mixta también se recomiendan unos aportes de 1mg/kg/día a partir del 6.º mes, en forma de alimentación complementaria rica en hierro.

Las recomendaciones de otros grupos son diversas: La AAP recomienda que, a partir de los 4 meses de edad, los lactantes alimentados con lactancia materna exclusiva complementen con 1 mg/kg por día de hierro oral hasta que se introduzca la alimentación complementaria. Para el USPSTF existe evidencia de grado B para suplementar con hierro a lactantes de alto riesgo, mientras que la evidencia es insuficiente para hacerlo de forma universal.

En general se recomienda el uso de gotas de sulfato ferroso o vitaminas con hierro, en una sola dosis al día.

2- Lactantes a término alimentados con lactancia artificial.

En estos lactantes se recomienda utilizar fórmulas suplementadas, desaconsejándose las de bajo contenido en hierro (menos de 7 mg/l). La gran mayoría de las fórmulas utilizadas en nuestro medio se adaptan a las recomendaciones de la ESPGHAN y tienen un adecuado contenido en este metal (7-14 mg/l), sin que esto suponga efectos secundarios digestivos. Con fórmulas de más de 7 mg/l de hierro se ingiere al menos 1 mg/kg/día, ingesta mínima recomendada por la AAP, por lo tanto no se recomiendan suplementos si un lactante es alimentado con estas fórmulas.

Para PrevInfad tampoco hay que suplementar si el lactante toma leche reforzada. En niños con factores de riesgo asociados (tabla 2)se actuará según el grupo de riesgo.

3- Lactantes pretérmino alimentados con lactancia materna.

Los prematuros sanos deben recibir aportes de hierro desde el primer mes de vida hasta que tomen alimentación complementaria rica en hierro, a una dosis de 4 mg/kg/día si el peso al nacimiento fue inferior a 1500 g y de 2 – 4 mg/kg/día si el peso fue mayor de 1500 g (mayor dosis a menor edad gestacional).

Se recomienda el uso de suplementos orales en forma de sulfato ferroso o soluciones de complejos de polisacáridos con hierro trivalente.

 4Lactantes pretérmino alimentados con lactancia artificial.

Los recién nacidos prematuros alimentados con una fórmula estándar para prematuros (14,6 mg/l de hierro) o una normal (8-13 mg/l) reciben aproximadamente 1,5 a 2,2 mg/kg/día de hierro con la fórmula pero, a pesar de los aportes de hierro que contienen éstas contienen, se estima que el 14% de los recién nacidos prematuros desarrollarán ferropenia entre los 4 y 8 meses de edad.

PrevInfad, al igual que otros grupos como la AAP o la ESPGHAN, recomienda una ingesta mínima de hierro de 2 mg/kg/día, que se consigue con las fórmulas artificiales que tengan un contenido de hierro igual o superior a 12 mg/l.

No se recomienda la suplementación de hierro para prematuros que reciban una fórmula reforzada con ≥12 mg/l de hierro. Si el niño toma fórmula de inicio, se descontará, en la cantidad de hierro a suplementar, 1,5 mg/kg/día que proporciona la leche. Los prematuros de menos de 1500 g recibirán aportes extras hasta llegar a un total de 4 mg/kg/día, descontando aproximadamente 1,5 mg/kg/día como aportes de la alimentación, manteniéndose hasta que reciban alimentación complementaria variada.

Tabla 4. Aportes de hierro. Recomendaciones de grupos de expertos.

PrevInfad

Lactantes nacidos a término

Lactancia materna

A partir del 6.º mes: asegurar 1 mg/kg/día como alimentación complementaria rica en hierro.

Si factores de riesgo: 2-4 mg/kg/día, al menos 3 m.

Lactancia artificial

Si fórmula reforzada: no suplementos.

Si factores de riesgo prenatal o perinatal: 2 – 4 mg/kg/día a partir del 4.º –  6.º mes de vida o posteriormente, mínimo 3 meses.

Resto de grupos de riesgo: 1 mg/kg/día a partir de los 6 m, mínimo 3 meses.

Lactantes nacidos pretérmino31,32

Lactancia materna

<1500 g: 4 mg/kg/día, desde el primer mes hasta alimentación complementaria.

>1500 g, hemorragia perinatal o gran número de extracciones: 2 – 4 mg/kg/día, desde primer mes hasta alimentación complementaria.

Lactancia artificial

No suplementación si fórmula reforzada (≥12 mg/l), salvo en prematuros <1500 g que recibirán aportes totales (alimentación + extras) de 4 mg/kg/día.

Otros grupos:

Academia Americana de Pediatría

Lactantes nacidos a término

Lactancia materna o mixta: desde el 4.º mes hasta la introducción de la alimentación complementaria: 1 mg/kg/día.

Lactancia artificial: uso de fórmulas reforzadas (≥6,7 mg/l).

Lactantes nacidos pretérmino

Lactancia materna: suplemento de hierro de 2 mg/kg/día desde el 1er mes hasta que tome una fórmula reforzada con hierro o hasta la introducción de la alimentación complementaria.

Lactancia artificial: uso de fórmulas reforzadas (≥12 mg/l)

USPSTF

Recomienda suplementos de hierro a lactantes con factores de alto riesgo.

No encuentra evidencias para suplementar con hierro a lactantes asintomáticos.

RECOMENDACIONES DE PREVINFAD

1- Cribado

Se recomienda (fuerza débil a favor) el cribado de anemia ferropénica en todos los prematuros menores de 1500 g. No hay evidencias para recomendar un segundo cribado en niños con factores de riesgo con un primer cribado normal.

Tabla 5. Cribado, fuerza de las recomendaciones

INTERVENCIÓN

EVIDENCIA

RECOMENDACIÓN

Cribado universal

BAJA (No se han encontrado ensayos clínicos aleatorizados)

Fuerte en contra del cribado (se propone no hacer)

Cribado en grupos de riesgo

BAJA (No se han encontrado ensayos clínicos aleatorizados)

Débil a favor del cribado (se propone hacer)

Los beneficios de la detección de rutina, una vez concluida la profilaxis para la anemia por deficiencia de hierro en niños prematuros menores de 1500 gramos o menores de 32 semanas asintomáticos, son mayores que los daños potenciales.

2- Recomendaciones generales sobre aportes de hierro

  1. Recomendar lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses forma parte de la prevención primaria de la anemia ferropénica.

  2. En caso de no amamantar, se recomendarán sucedáneos de leche de madre reforzados con >7 mg/l.

  3. Se recomienda añadir alimentación complementaria rica en hierro en lactantes a término con lactancia materna a partir del 6.º mes de vida (para asegurar aportes de 1 mg/kg/día).

3- Recomendaciones específicas sobre aportes de hierro

No hay evidencias para suplementar a la población sin riesgo.

Tabla 6. Aportes de hierro, fuerza de las recomendaciones

INTERVENCIÓN

EVIDENCIA

RECOMENDACIÓN

Suplementaciónuniversal de hierro (hierro medicamento)

ALTA

Fuerte en contra (Se propone no hacer)

Suplementos en lactantes de riesgo (hierro medicamento)

ALTA (metanálisis)

Débil a favor (Se propone hacer)

Los beneficios de tratar superan a los daños potenciales (medicalización efectos secundarios, intoxicación)

Suplementos en prematuros (hierro medicamento)

BAJA (artículos de expertos)

Débil a favor (Se sugiere hacer)

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